sábado, 31 de diciembre de 2005

Fin de año, fin de ciclo

Acaba 2005. Un año, un largo año en el que ha habido tiempo para lo bueno y para lo no tan positivo. Creo que a excepción de la salud, casi todo está en nuestras manos, por lo que soy bastante reacio a lamentarme por algo no conseguido, a arrepentirme por algo arriesgado o a venirme abajo por un resultado no deseado. Creo que siempre podemos hacer más, siempre podríamos haber puesto algo más de carne en el asador para llegar a ese punto de mejora que, en nuestro mundo acomodado, a muchos ni siquiera interesa intentarlo.

Y comenzará 2006, un año más del que restaremos nuestro año de nacimiento y nos daremos cuenta de que somos una año mayores. A mis años por el momento me siento joven y en la mayor parte de los casos no me gustaría volver atrás. En las alforjas he pasado muchos años de duro estudio, de exilio en Madrid y de largo camino hasta encontrar a mi media naranja, a mi compañera de dulces sabores y sinsabores.

En la plenitud, sólo falta un paso más, un paso arriesgado del que, independientemente del resultado, sé que no me habré arrepentido cuando, dentro de un año, encaremos 2007.