lunes, 16 de junio de 2008

El día que me fui de Madrid

Hace ya unos pocos años, tomé una decisión sin duda arriesgada, dejar la consultora en la que trabajaba, después de cinco años y cinco días, así como dejar Madrid, tras más de once años en la capital, para volver a trabajar y vivir en Cantabria.

Escribir un correo de despedida no es sencillo, hay que concentrar en pocas palabras muchas vivencias y emociones, y hoy he querido compartir con vosotros aquel momento, seguro de que su contenido no compromete ninguna cuestión de confidencialidad con mi anterior empresa y que puede servir para poner en común con vosotros una etapa de mi pasado, que fue muy fructífera y que por el momento no volverá.

Me reconforta mantenerme en lo que dije. Creo que pese a lo emotivo del momento no desvirtué la realidad, no caí en la exageración, ni en el halago indebido o en la crítica cítrica, al menos eso es lo que he sentido tras volver a leer el correo de despedida después da varios años ya.

Y, ¿por qué recogerlo en el blog? Por un lado creo que somos consecuencia de nuestro pasado, que éste va construyendo nuestro presente siempre con la mirada adelante, cuanto más puesta en el futuro mejor.

Y en segundo lugar, porque ya hemos hablado de consultoría, y creo que cada uno de los tres párrafos centrales de esa despedida, marcaba en aquellos momentos el pasado, presente y futuro de una persona, de un consultor en este caso, aunque mi ocupación actual no sea exactamente la que fue.

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Estimados todos:

Después de 5 años y 5 días, este viernes será mi última jornada en la compañía.

Atrás queda el privilegio de haber trabajado en un gran equipo que, tanto desde el punto de vista laboral como humano, representa para mí la excelencia.

Esta travesía de proyectos en la que hemos navegado juntos, representa un largo camino, donde hemos superado vientos más o menos predecibles, lugar donde hemos atravesado corrientes más o menos favorables, marcando una tendencia en la que, gracias a una presión moderadamente alta, hemos ido avanzando hacia nuestros objetivos.

La brújula de mi navío marca el Norte en esta ocasión, y una ecuación de motivos predominantemente personales, se ha resuelto con una solución de compromiso que implica, tanto en lo personal como en lo profesional, una nueva e ilusionante singladura en Cantabria, 43º 20' latitud norte y 3º 55' longitud oeste.

Hasta siempre,

JP

7 comentarios:

Blanca dijo...

No soy psicóloga, pero por el tono de tus últimos posts está claro que no estás atravesando un buen momento anímico.
Te recomiendo un largo paseo por alguna de nuestras preciosas playas, si es en buena compañía mejor. Está demostrado que el aire del mar ayuda a nuestras endorfinas a hacernos sentir bien.
Mucho ánimo, no decaigas.
Blanca

Campu dijo...

Con tus palabras, JP, ha caído esa verdad que creía tener en mi cabeza: Madrid te atrapa y te atrapa para siempre.
Siempre creí que si uno empieza a trabajar en Madrid es casi imposible que salga de allí. Quizá por esas oportunidades que deja la capital en este ámbito, por lo menos comparadas con las que puede ofrecer cualquier otra ciudad de provincias...
Por otro lado, si uno ya tiene su vida instalada en un lugar es complicado que cambie a otros. Y, sobre todo, si ha formado una familia, tiene su grupo de amigos, su entorno, su barrio, su gente...
No siempre es así, desde luego. Y eso es algo que me gusta.

Por otro lado, me parece muy valiente la decisión que tomaste en su momento, así a priori, y por eso te felicito.

A veces es muy difícil elegir.

Juan Martínez de Salinas dijo...

Hola JP,

La decisión que tomaste en su momento no fue fácil.

Yo hace tiempo cuando estaba finalizando la carrera estuve a punto de irme a vivir a Barcelona, sin embargo, finalmente por motivos personales no lo hice.

La verdad que tras pasar el tiempo no me arrepiento porque el arriesgarse es de valientes.

Saludos,

osanemeterio dijo...

¿Va todo bien?

Creo que tenemos que hacer pronto otra reunión de bloggers para que nos tomemos algo juntos.

La vida nos va poniendo en nuestro sitio, sobre todo si somos fieles a nuestros principios, así que si tú eres fiel a ti mismo, la decisión que tomaste fue la correcta... aunque a veces te pueda generar alguna duda.

Yuki dijo...

A mí Madrid me atrapó y ya no me deja escapar. No dejaría esta ciudad para volver a mi tierra ( a la que quiero mucho, sin duda, así como a los grandes amigos que tengo allí ). Pero me quedo aquí. Aunque ahora vivo en la sierra, y esos 50 km que me separan del "monstruo" me permiten tenerlo lo suficientemente lejos como para que no me agobie y lo suficientemente cerca como para tenerlo siempre a mano ( si los camioneros me dejan ) cuando lo necesito. Sólo dejaría Madrid para irme a vivir a una ciudad con mar ( no playa, sino mar, que no es lo mismo ). Entonces sí me lo plantearía : Málaga sería un sueño para mi. Habrá que esperar la ocasión.

Pero también tengo amigos que a pesar de llevar más de 8 años trabajando y viviendo en Madrid, todavía aguardan la oportunidad de escapar y regresar a su tierra. Cada uno es cada uno y sus circunstancias. Las mías me atan a esta ciudad. Me ató el segundo año que viví aquí. El primero fue horroroso y sólo quería volver. Pero fui infiel y ahora estoy aquí y puntualmente regreso allá.

JP dijo...

No os podéis imaginar, o quizás sí, lo genial que es compartir esta entrada con vosotros y recibir vuestros comentarios. Es algo como muy personal, pero que al final a todos nos toca muy de cerca: Madrid vs nuestros orígenes.

Como en casi todo lo importante, no hay un fórmula mágica, no hay soluciones únicas, y cada uno opta y elije. Pero el embrujo de Madrid queda ahí para siempre, estés o no ahí.

Soy de los que si siguiera ahí, seguiría pensando en volver. Ahora estoy seguro del acierto del cambio, aunque siempre queda la duda de otro cambio más...

Gracias a todos por el ánimo y espero el próximo beers & blogs, mientras tanto... terapia virtual.

Luis López dijo...

JP, gracias por compartir esos momentos íntimos. Viví en Madrid y sé que siempre se echa de menos. Espero que en nuestra tierruca hayas conseguido lograr las metas que te marcaste. Saludos.