viernes, 27 de febrero de 2009

La motivación como base para fidelizar a los profesionales

Las empresas gastan más tiempo y recursos en reclutar nuevo personal que en fidelizar a los empleados que ya tienen en nómina. Para muchas de ellas esta decisión puede ocasionar malas consecuencias. Las organizaciones que quieran seguir siendo competitivas en el futuro tienen que cubrir los puestos clave con profesionales motivados y leales.

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Imagen: Guille.

Según el último estudio de Hewitt Associates, más de la mitad de las empresas sacrifican más recursos buscando y contratando nuevos empleados que fidelizando a los que forman ya parte de sus cuadros. La cifra resulta aún más sorprendente si pensamos que el 59% de las empresas encuestadas reconoce tener muchas dificultades para volver a cubrir vacantes importantes y que nueve de cada diez dicen contar con que habrán de hacerlo así en un futuro inmediato.

Las organizaciones que quieran seguir siendo competitivas en el futuro tienen que cubrir los puestos clave con profesionales motivados y leales. Instrumentos tradicionales de motivación como los incentivos monetarios no son de ayuda en este caso y en muchas ocasiones resultan incluso contraproducentes. Si se ofrecen gratificaciones especiales por alcanzar determinados objetivos, es posible que esto sea causa de rivalidades internas que frenen la colaboración en el seno de la empresa. Además, en según qué circunstancias los empleados intentarán luego rebajar los objetivos, para llegar así a disfrutar más fácilmente de las gratificaciones.

Asegurar la motivación

Un buen salario forma parte, en opinión del analista de la motivación estadounidense Frederick Herzberg, de los factores higiénicos: es necesario para que los empleados estén satisfechos. Sin embargo, no porque éstos lo cobren estará su satisfacción asegurada. Para los cuadros directivos eso significa que ellos habrán de armonizar los objetivos de la empresa con los de sus empleados. Y lo primero que tienen que tener muy claro es que la motivación y la capacidad de liderazgo son las dos caras de una misma moneda. El éxito (o el fracaso) de todos los directivos dependen en lo esencial del rendimiento aportado por otras personas. Lo bueno que sea éste dependerá esencialmente de su motivación.

En la gestión de la motivación hay que prestar la mayor atención a los puntos siguientes:

  • Definir objetivos comunes. Que el único en especificar las tareas sea el jefe no lleva a ningún sitio. Pregunte a sus empleados qué es lo que piensan de determinados objetivos o, aún mejor, cuáles son los objetivos que ellos mismos se proponen. Sólo si sus empleados hacen cosas que quieran hacer, las harán bien y con motivación. Y el presupuesto no será el último en notarlo: los empleados que realizan a gusto sus tareas se ponen enfermos menos a menudo y permanecen por más tiempo en la empresa.
  • Definir objetivos medibles y relacionables con la estrategia de la empresa. Los objetivos, en otras palabras, tienen que ser mensurables. Y sus empleados tienen que saber cuál es la relación que mantiene el trabajo que realicen con los servicios globales de su empresa o de su departamento.
  • Expresar en voz alta alabanzas y reconocimiento. Un “bien hecho” puede operar milagros motivacionalmente hablando si es sincero. Puede estar seguro de que sus empleados distinguirán perfectamente cuándo se ha limitado usted a darles un golpecito rutinario en la espalda y cuándo se han reconocido verdaderamente sus servicios.
  • Hacer de la motivación de los empleados una parte del marketing estratégico. Productos y servicios apenas siguen distinguiéndose hoy unos de otros. No obstante, si usted cuenta con empleados motivados, el cliente lo notará a la larga. Y sólo si sus empleados trabajan con entusiasmo, estará usted en disposición de entusiasmar también a sus clientes, algo imprescindible para tener a largo plazo éxito en las ventas.
  • Tener presentes las diferencias culturales. En las grandes empresas, en particular, con empleados procedentes de diversos países, las diferencias culturales desempeñan también una función. Lo que en otros lugares ha demostrado funcionar a la perfección, podría no resultar adecuado en un entorno laboral alemán. Distinciones como las de “empleado del mes” pueden tener en Japón un efecto positivo, pero en Alemania lo más probable es que una “condecoración” de este tipo tenga consecuencias mucho menos halagüeñas y que incluso el empleado que la haya recibido sea el primero en sentirse incómodo por ello.
  • Hacer a los empleados partícipes de los éxitos. A diferencia de las gratificaciones individualizadas por haber alcanzado ciertos objetivos, que todos participen del éxito puede fortalecer el sentimiento de comunidad e intensificar la cooperación. De este modo, en muchas empresas se producen al cabo de muy poco tiempo éxitos que luego demuestran ser duraderos.

vía: Espacio Deusto.

8 comentarios:

Santanderino dijo...

Está claro que la motivacion es capaz de mover mucho más a las empresas que alta tecnologìa y ejecutivos preparadísimos... si no tienen esa motivación, de nada vale. Pero a ver como se lo digo al jefe.

Unknown dijo...

interesante artículo JP, totalmente de acuerdo, hay que cuidar a la gente y crear conciencia de grupo, si un trabajador se logra sentir orgulloso de su empresa no existe dinero suficiente para pagar eso, lograrlo distingue un buen empresario de uno malo, lo perdurable y lo leal nunca es a corto plazo :-) un saludete

JP dijo...

La verdad es que muchas veces la motivación tiene que ver con los valores, y puede faltarnos habilidad para encontrarlos, sobre todo si están muy escondidos y no queremos compartirlos.

Si alguien conoce lo que me motiva tiene la llave para aumentar mi rendimiento.

Saludos,

JP

Anónimo dijo...

No será la motivación la herramienta usada por las compañías y la sociedad para que la gente haga lo que en realidad no tiene ganas de hacer y no se de cuenta de dónde está la verdadera realización como ser humano?

Descargar Ares dijo...

Está claro que la motivacion es capaz de mover mucho más a las empresas que alta tecnologìa y ejecutivos preparadísimos... si no tienen esa motivación, de nada vale. Pero a ver como se lo digo al jefe.

ComboFix dijo...

interesante artículo JP, totalmente de acuerdo, hay que cuidar a la gente y crear conciencia de grupo, si un trabajador se logra sentir orgulloso de su empresa no existe dinero suficiente para pagar eso, lograrlo distingue un buen empresario de uno malo, lo perdurable y lo leal nunca es a corto plazo :-) un saludete

Facebook en Español dijo...

Está claro que la motivacion es capaz de mover mucho más a las empresas que alta tecnologìa y ejecutivos preparadísimos... si no tienen esa motivación, de nada vale. Pero a ver como se lo digo al jefe.

Profesionales del mantenimiento dijo...

Buf...no ha llovido ni nada desde que se publicó este artículo, creo que ahora mismo hay pocas empresas que se planteen motivaciones, al menos desde el punto de vista de lo que estamos viviendo en España. Hoy en día, lo que mueve a los profesionales es poder llegar a fín de mes y tener el menor miedo posible a que le toque ser el siguiente en salir de la empresa. Eso ya es suficiente motivación.