lunes, 15 de marzo de 2010

El síndrome de Apolo

En algunos equipos existe el llamado “síndrome de Apolo”, que puede afectar tanto a la totalidad del equipo como a cada uno de sus miembros de manera individual.

Según los expertos, quienes padecen este síndrome suelen ser profesionales con cualidades extraordinarias y de gran valía en su desempeño individual, pero que tienen un bajo rendimiento en su trabajo en equipo. Algunos de los rasgos de las personas que sufren este síndrome son los siguientes:

  • Invierten una gran cantidad de tiempo en un trabajo que no conlleva un resultado proporcionado, lo cual es indicativo de poca eficacia.
  • Tratan de convencer a otros miembros del equipo de que adopten su mismo punto de vista y se esmeran en demostrar la debilidad de los argumentos de quienes no piensan de la misma forma que ellos.
  • Tienen problemas con la toma de decisiones, al tiempo que éstas no destacan por su coherencia.
  • Habitualmente encuentran dificultades para someterse a la autoridad.
  • Cuando no están de acuerdo con las decisiones adoptadas por el grupo, tienden a actuar según sus propias líneas de actuación.
  • Suelen tener graves problemas para reconocer sus propios defectos.

Soluciones para el síndrome de Apolo.

A pesar de que los rasgos señalados dificultan la colaboración y el éxito del trabajo en grupo, las personas que padecen el síndrome de Apolo son profesionales muy capacitados para realizar trabajos en solitario, por lo que el líder deberá tener en cuenta sus capacidades.

Habitualmente es posible ganarse su confianza con palabras que alimenten su vanidad. Es difícil aprovechar sus cualidades en compañía de otros profesionales sobresalientes, pero esto no significa que deba descartarse su potencial.

vía: Espacio Harvard Deusto.

viernes, 12 de marzo de 2010

Las claves de un buen equipo de trabajo

Los equipos constituyen una forma de organización del trabajo que ayuda a las empresas a enfrentarse a un entorno cada vez más cambiante y complejo. Las definiciones que dan los expertos sobre lo que debe ser el trabajo en equipo señalan que, para considerar que un equipo funciona correctamente, el resultado del esfuerzo efectuado por el grupo debe superar las aportaciones individuales de sus miembros.

En la mayoría de los casos, el éxito del trabajo en equipo se construye sobre los cimientos de una buena comunicación. Debemos organizar el trabajo de tal forma que se reserven espacios para la comunicación interna, especialmente en aquellas situaciones en las que parece que el tiempo escasea, ya que debido a la urgencia suele descuidarse el tiempo que requiere el equipo para recibir información y devolver el feedback adecuado.

Algunas capacidades son especialmente valiosas para el trabajo en equipo:

  • Capacidad para dar y recibir feedback. Esta capacidad hace referencia a la información explícita que se ofrece para que los colaboradores sepan qué impresión causa su comportamiento o su rendimiento. Es muy valiosa porque sirve para dar refuerzo positivo en las buenas situaciones, para prevenir posibles desencuentros entre los miembros del grupo y para corregir a tiempo vías inadecuadas de actuación. Habitualmente, en los equipos escasea este tipo de información, lo que suele ser el origen de muchos malentendidos y problemas que podrían evitarse con una comunicación más cuidada. Cuando el feedback es negativo, las personas suelen adoptar actitudes defensivas, por lo que el  directivo deberá recurrir a toda la capacidad de la que disponga para manejar la situación con inteligencia emocional. Igualmente, deberá mantener la calma cuando reciba feedback negativo de sus colaboradores y recordar que las críticas acertadas son elementos de aprendizaje insustituibles.
  • Capacidad de adaptación. Las personas con más probabilidades de éxito a la hora de trabajar en grupo no son las más firmes, sino las más flexibles. Esta capacidad hace referencia a la habilidad de los profesionales para acomodarse, ajustarse y avenirse a las circunstancias cambiantes y a las personas con las que tienen que trabajar. Esto no significa que la adaptación deba resultar fácil, sino que se es capaz de aspirar a ella y se harán esfuerzos por alcanzarla.
  • Capacidad de planificación. Para trabajar en grupo es necesario ser capaz de gestionar los compromisos y las tareas de forma que se conceda la importancia adecuada a los diferentes asuntos, se establezcan correctamente las prioridades y se facilite el flujo de trabajo.

vía: Espacio Harvard Deusto.

jueves, 11 de febrero de 2010

Munitis en un 5-0 quince años después

Hoy puede ser un gran día.

Hoy se cumplen 15 años del 5-0 que el Racing le endosó al gran Barça de Cruyff.

Aquel partido, en mi primer año en Madrid, lo vi en la soledad de mi habitación en el barrio de Tetuán. Corría la temporada 1994-1995. Era un sábado de invierno, mi primer invierno en Madrid. Y, al día siguiente, el domingo amaneció, y desayuné con un vistazo al periódico que todavía hoy guardo con orgullo, y con la esperanza de que algún día se repita.

Hoy, en la Copa del Rey, ante el Atlético de Madrid, me conformo con que el Racing meta 4 en los primeros 90 minutos y 1 más en la prórroga. Así lograríamos pasar por primera vez a la final del torneo del KO.

Y uno, sólo uno, nos queda de aquella histórica temporada. Se trata de Pedro Munitis, que debutó en Primera División el 22 de enero de 1995, y que pocos días más tarde, el 11 de febrero de 1995, entró al campo en el minuto 80, para vivir, los últimos minutos del Racing 5-0 Barça. 15 temporadas después sigue en el equipo y jugará esta noche.

image Pedro Munitis Álvarez. Fuente: RealRacingClub.com

¿Por qué no soñar? ¿Cómo veis las posibilidades?