Debatir y dialogar parecen sinónimos, pero no lo son. Aunque el debate suele aportar dinamismo a un equipo, el diálogo siempre es más beneficioso, y en algunas situaciones –como en entornos donde es fácil que se produzcan conflictos–, imprescindible.
Debate
- Cada parte cree que existe una respuesta correcta a la cuestión, y que es la suya propia.
- El debate es combativo, los participantes intentan demostrar que la otra parte se equivoca.
- El objetivo es ganar.
- Se escucha para encontrar errores y preparar argumentos.
- Se ven los dos lados de una cuestión.
- Se buscan los puntos débiles de las posturas de los demás.
- Al haber un ganador y un perdedor, se cierra la posibilidad de proseguir el debate.
- Se busca una conclusión o un voto que ratifique la postura propia.
Diálogo
- Todos creen que cada uno de los participantes puede tener parte de la respuesta.
- El diálogo busca la colaboración, los que toman parte en él trabajan juntos para lograr un beneficio común.
- Lo importante es explorar un objetivo común.
- Se escucha para comprender y llegar a acuerdos.
- Se ven todos los lados de una cuestión.
- Se buscan puntos fuertes y valor en lo que piensan los demás.
- La cuestión se mantiene abierta incluso después de que haya acabado formalmente la conversación.
- Se descubren opciones nuevas, no se busca un cierre.
vía: Espacio Deusto.
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