Señalizando el tráfico en las ciudades

Esta semana he conducido y sido peatón por la ciudad de Santander.

Concretamente uno de los últimos días me encontré un contraste, para mí absurdo.

Por un lado, tardé en recorrer 45 minutos el trayecto que va desde Nueva Montaña al centro de Santander, por la autovía que enlaza con la calle Marqués de la Hermida y Antonio López. La razón, nuestra queridas obras que se prolongan durante años (sí, ya podemos hablar de años) para la recogida neumática de basuras.

La consecuencia un atasco monumental y ninguna señalización, salvo la que puntualmente se pone en el punto exacto de la obra. La carretera con auténticos peldaños, estupendos para las llantas y suspensiones de los coches, mejor no hablar de las motos, ni un guardia de tráfico, los operarios parados porque no llegaban los camiones para poder trabajar y un aspecto muy similar al de una ciudad en plena guerra.

Y en segundo lugar, y de ahí el absurdo, llego a la calle Calvo Sotelo y me encuentro unos modernos semáforos, que vi antes en Santiago de Compostela, donde indican los segundos que faltan para que cambien de color. Además de estresarnos un poco, creo que junto con otras señales como el cartel que indica la velocidad a la que pasamos por San Fernando, son elementos secundarios, importantes, pero no urgentes.

Lo urgente es que de una vez la ciudad se señalice mejor, especialmente las obras, con anticipación y sugiriendo rutas alternativas (por ejemplo Madrid tendrá muchas obras, pero es modélica ya que cortan una transveral y ponen varios carteles en los alrededores de 2x2 metros amarillos avisando).

Creo que no es de recibo. Tampoco nos damos cuenta de que la señalización es muy escasa para la gente que está de paso, que no conoce la ciudad o simplemente está de turista. Está bien señalizada para quien conoce la ciudad, pero pésimamente si vienes por primera vez.

Claro que el 84% de los que vivimos en Cantabria, hemos nacido aquí... En este caso creo que somos egoístas si no aplicamos el principio de Pareto, también conocido como la regla del 80:20. Ese 20%, los que están de paso por Santander, requieren el 80% de las señales, que son precisamente las que faltan, aunque los cántabros apenas las necesitemos, salvo las de las obras.

¿Está bien señalizado el tráfico de nuestras ciudades? ¿Cumplen las señales su función? ¿Se reacciona y responde rápidamente cuando hay obras?