sábado, 1 de marzo de 2008

Trabajo vs Fin de semana

Uno que ya lleva varios años de vida laboral ha visto la evolución de las jornadas y de los horarios. Durante los años ochenta y noventa trabajar los sábados se fue convirtiendo en una práctica cada vez menos común; lo mismo ha ocurrido con la tarde de los viernes.

Personalmente, algo que debería ser, y es, un tiempo de esparcimiento como son las tardes de los viernes, muchas veces se convierte en un contrasentido. He de reconocer que los viernes por la tarde me siento raro, estoy empujado por la inercia de la semana y me cuesta desconectar y decelerar, hasta el punto de que tengo la sensación de no saber qué hacer.

Y luego está la pareja. Si a eso le sumamos que ella trabaja algún que otro sábado, cuando esto ocurre, como hoy, puedes encontrarte escribiendo más posts en un día que en los últimos doce meses.

Suerte que hasta ahora siempre hemos coincidido en al menos el 80% de nuestros días de vacaciones, por el momento...

Blog recomendado #1 - Fotografía desde Cantabria, el día a día a través de un rectángulo

Hoy os recomiendo un blog que merece la pena al menos visitar y quizás también suscribirse. Su temática es diversa y su contenido deja lugar a la sugerencia, la imaginación y la reflexión, ya que predomina la fotografía sobre la palabra.

Fotografía desde Cantabria, el día a día a través de un rectángulo

De amigos a conocidos

Años me he estado planteando la evolución que sufren los lazos de amistad con el paso de los años. En clave de redes sociales, podríamos ver dos amigos como dos nodos que interactúan entre sí. En dichas redes, normalmente, se representa un trazo entre tales nodos que es más grueso cuanto más intensa es la relación. Hasta ahí, quizá nada reseñable o aplicable a mi preocupación.

¿Qué ocurre cuando una relación, en principio bidireccional, se va convirtiendo en unidireccional? ¿Qué ocurre si siempre es uno mismo quién llama para quedar, para saber, para retomar, para charlar?

Esa sensación es la que he tenido con la mayoría de mis amigos del colegio, de la universidad e incluso a nivel laboral. Me siento como el que siempre llama y al que nunca llaman. Como el que por enésima vez con el emésimo amigo trata de retomar la relación. Esto me embarga en un sentimiento de cierta culpabilidad, ya que cuando pasa puntualmente se pueden tener argumentos para pensar que la culpa puede ser del otro. Pero, ¿qué ocurre si esto pasa repetidamente con amigos de diferentes etapas, ciudades, ámbitos y edades?

A mi lo que hace es sumirme en un extraño de desaliento, de preocupación e incluso de culpabilidad. Mi única salida, a veces, pensar que es cosa de la edad, o de que tiene más peso el interés puntual que la trayectoria. ¿Qué opináis?

¿Primera crisis tras la vuelta de Madrid?

En estos días, dos años después de la vuelta de la capital de España, quizá creo que he de reconocer que puedo estar teniendo mi primera situación serie de cuestionarme si la decisión fue acertada o no.
 
Es cierto que desde el primer momento me planteé que el cambio era bastante radical, que tras muchos años de idas y venidas, podría darse la situación de que me sobrara tiempo, que me costara adaptarme a la tranquilidad de Cantabria y que no supiera que hacer en esta calma chicha, que coincide con una edad en la que te cuestionas qué hacer, tanto con la vida laboral como con la personal.
 
A nivel laboral ha sido un acierto el cambio. Me he adaptado magníficamente a mi nueva empresa, la acogida ha sido excepcional y estoy teniendo el peso y la influencia que me permite mover las palancas para alinear el funcionamiento de la empresa con mi desarrollo profesional. Los retos iniciales se han superado y han dado paso a otros, cada vez más ilusionantes y llenos de contenido.
 
A nivel personal, durante el primer año se sucedieron los acontecimientos. Durante el segundo año, fue momento de recoger frutos, de sosiego y de estar tranquilo, momento en el que me encuentro. Sin embargo, quizá también por mor de la edad, es tiempo de decisiones, trascendentales, sobre como orientar aspectos como el lugar de residencia, la familia, los hijos. Puedo decir que en este aspecto estoy centrado, pero desorientado sobre qué dirección tomar.