Desde hace ya casi nueve años, incluidos parte de aquellos en los que viví en Madrid, he dedicado cada vez más tiempo a ver Santander desde la parte opuesta de la Bahía. Con el tiempo me ha parecido aconsejable divisar esta bella ciudad con cierta distancia, creo que así es más fácil comprender su presente y aprender de su pasado, de mi pasado, de mi infancia y de mi adolescencia.
La sensación desde el otra lado de la Bahía, es más cómoda a medida que voy alejándome más, mejor en Somo que en Pedreña, mejor en Loredo que en Langre... pero tampoco me gusta alejarme mucho más. Seguramente es un cúmulo de casualidades personales el que me ha ido alejando geográficamente de la capital, a la que cada vez voy más de pasada, a comprar a la Plaza, a las tiendas de San Francisco y Calvo Sotelo. Desgraciadamente ahora que tenemos más y mejores aparcamientos subterráneos, nos damos cada vez más cuenta de lo que supone haber prescindido de las salas de cine que antaño tuvimos.
Os recomiendo a aquellos que tenéis la residencia en la zona a que deis un paseo por el acantilado que une Loredo y Langre, a reflexionar, a divisar, a pensar qué nos une, o nos separa, de esta cada vez más grande ciudad.
lunes, 24 de marzo de 2008
Al otro lado de la Bahía
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3 comentarios:
Me tira mas la zona Occidental pero no cabe duda que esta tambien tiene su encanto,
saludos
Esta mal que lo digamos nosotros, pero que bonita es nuestra bahía...
Se mire por donde se mire, es preciosa. Que la naturaleza y nuestro sentido común nos la conserven por mucho tiempo.
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