Estamos en esa etapa de espera que va desde la reflexión y el voto, hasta que a nuestras instituciones les viene a bien, ir rellenándose de políticos. Creo que si sumamos los periodos de gobierno en funciones a nivel parlamento nacional/senado + parlamento autonómico + ayuntamientos + Unión Europea, no andaríamos lejos de afirmar que en un periodo de 4 años tenemos 1 año de gobierno en funciones, quizá debido a que las sucesivas descentralizaciones hacen cada vez más importantes las interacciones a nivel local, regional, nacional y europeo.
A todo esto hay que sumarle el periodo pre-electoral, en el cual a veces se paran ciertos movimientos o iniciativas de larga duración, y las semanas que siguen a un sinfín de nombramientos en cascada, de arriba a abajo, que hacen que la maquinaria no esté a pleno rendimiento hasta pasados unos meses.
Se suele decir que la alternancia es muy sana en democracia. Éste es otro factor que puede ampliar tiempos cuando el partido político que gana las elecciones es diferente al que gobernó en la última legislatura. Y, además, es que nos empeñamos en dar muchos vaivenes en cuestiones clave, muchas de ellas relacionadas con la economía, lo cual amedrenta a los inversores, no sólo extranjeros, sino también nacionales. Siempre viene a mi cabeza el ejemplo de las farmacéuticas, con tiempos de desarrollo de las moléculas muy largos y con la vigencia de la patente limitada en el tiempo. Al final pueden sacar beneficio durante unos pocos años, y no les hace ni pizca de gracia que un cambio de gobierno suponga un giro de 180º en la política farmacéutica. Valga este ejemplo que podría extenderse a las eléctricas, las consultoras, la investigación y un largo etcétera.
lunes, 24 de marzo de 2008
Gobiernos en funciones
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