Semana Santa

He sido de los que se ha decidido por tomarse una tranquila Semana Santa en casa. Quizá demasiado tranquila, salvo una escapada a comer en Asturias, el resto del tiempo ha sido en casa, lo cual no es muy positivo si estás en una etapa de darle muchas vueltas a la cabeza.

En estas ocasiones la televisión y en particular los acontecimientos deportivos son un modo de entretenerse al que cuesta bastante sustraerse como comentaba Bruno Cendón (http://www.bcendon.com/) en un seguimiento reciente que ha hecho a una semana suya si la caja tonta. Formula 1, fútbol y algunas películas a trozos han compensado una balanza en la cual, al otro lado, aparecen recuerdos, tranquilidad, música que antiguamente escuchaba y retomo, a la vez que un momento de espera, como pidiendo que llegue pronto el verano y se eleve el ánimo.

La primavera se ha tornado invierno en sus comienzos y ahora comienza una etapa invernal. Y me digo yo, ¿y esto como lo manejo?, ¿cómo se aprende a vivir como siempre había soñado? A veces pienso que hay un desfase entre lo temporal y lo geográfico, que quizá el momento de la vuelta a Cantabria debía a ver sido primero, con menos años en Madrid y más tiempo para no caer en la comodidad y en el ritmo que tuvimos en la capital y que ahora añoramos.

Mañana toca volver al trabajo, en un día que imagino que muchos padres se pondrán "enfermos", y es que seguro que tocará a las empresas pagar parte de la factura que supone un calendario escolar que no ayuda nada a conciliar. Una semana, la que viene, por delante, en la que los hijos no van al colegio o instituto, y en la que los padres tienen que trabajar... o ponerse de baja. A conciliar se ha dicho.