Leyendo en Twitter a Bruno Cendón, que coge el coche ahora para venirse al terruño, me ha recordado aquellas noches de jueves en Madrid.
Desde mis primeros años en Madrid, creo que nunca perdí el tiempo la noche de los jueves. Los primeros años salía, cuando los estudios lo permitían, a garitos frecuentados fundamentalmente por gente universitaria, en la zona de Metropolitano, Moncloa y San Francisco de Sales.
A medida que los años iban pasando, la zona se iba ampliando (Avenida de Brasil y zona AZCA), entré en consultoría, y aunque llegaba reventado después de casi 50 horas de trabajo de lunes a jueves, el jueves por la noche tomábamos cañas y alguna que otra copa, quizá para cambiar el chip, para celebrar que el viernes era más corto y que casi habíamos vencido a otra semana más. Lo peor era el garrafón, días de tomar una sola copa y estar el viernes peor que otros días con cuatro.
Y llegó la ultima etapa, las prioridades iban cambiando, el tiempo en Madrid avanzaba y viajaba más a Cantabria. La última etapa la recuerdo por viajes en el último avión del viernes por la noche, siempre retrasado, y sacado dos meses antes para abaratar la tarifa, y siempre el último vuelo por si surgía algo ineludible, que en consultoría nunca se sabe.
Pero hubo una época en la que me pedía algún viernes libre y salía zumbando un jueves por la tarde-noche, conduciendo un modesto coche que iba acumulando kilómetros.
Hubo días de viaje ilusionado, de futuro, de horizonte esperanzado, con un cielo tan azul como el que hoy brilla en una tarde que iba alargándose camino de mis anhelos.
jueves, 17 de abril de 2008
Las noches de jueves en Madrid
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2 comentarios:
Mientras haya carretera, y distancia razonable, ahi seguira estando todo! :)
Estoy de acuerdo contigo Bruno, carretera, distancia razonable y mucha ilusión!
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